El Miedo a Ser

Escrito por M. A. Angela Méndez

Al nacer somos esos seres hermosos, libres, curiosos, felices, sin necesidad de cosas, títulos, likes o seguidores en redes sociales. Simplemente somos y eso en realidad es lo que nos permite disfrutar de la vida y ser felices. Entonces ¿Qué sucede? ¿En qué momento cambiamos?

Al nacer somos esos seres hermosos, libres, curiosos, felices.

Desde pequeños empezamos a escuchar y absorber de nuestro entorno inmediato y de la sociedad en general mensajes que nos hacen sentir que debemos de cambiar, que no es suficiente lo que somos. “Debes ser bueno (a)” ¿eso quiere decir que soy malo (a)?, ¿qué es ser bueno (a)? “Debes ser más aquello o menos esto” ¿es decir que no es suficiente como soy? Si eres mujer “así no se comportan las niñas o señoritas” ¿entonces no soy femenina? “Ser bonita es estar delgada y verse de cierta forma” ¿Si no soy así quiere decir que soy fea? Si eres hombre “los hombres son fuertes, valientes” ¿entonces no debo de mostrar mis emociones o aceptar que a veces tengo miedo? “Debes ser musculoso y masculino” ¿si no soy de esa forma entonces no soy suficientemente hombre? y así nos bombardean por todo los frentes con miles de mensajes que nos empujan a ser de tal o cual forma, a ser parecidos a otros y menos como nosotros.

 

Que debemos de cambiar, que no es suficiente lo que somos.

Poco a poco entonces nos vamos modificando, tragándonos pedazos de otros que ni nos identifican ni nos hacen felices, con la sensación de una gran indigestión de todo eso que nos tragamos sin que podamos integrarlo del todo porque en realidad nada tiene que ver con nosotros, con quiénes realmente somos. Nos convertimos en una sombra de lo que fuimos, cansados, estresados, malhumorados, viviendo en piloto automático, haciendo lo que todos hacen porque eso es lo que “debe hacerse” “en el orden en el que deben hacerse las cosas”. Los días se nos pasan y con ellos los meses y los años sin que seamos, sin que vivamos, sin que disfrutemos. Sintiendo que nada tiene sentido, que nada nos ilusiona o entusiasma. ¿Y cómo no va a ser así? Si ahora después de tanto tiempo ya no sé ni quién soy y las pocas veces en las que lo recuerdo tengo miedo de ser porque no me van a aceptar, porque no soy suficiente, porque soy imperfecto (a).

Tengo miedo de ser porque no me van a aceptar.

El miedo a ser nosotros mismos (as), no nos deja soltar aquello que en el fondo sabemos que no es de nosotros, aquello que cargamos atorado y que nos indigesta, lo que nos roba tanta energía y nos hace miserables. Este miedo no nos deja ser creativos, apostarnos a nosotros mismos, valorarnos, creer que nuestras ideas son valiosas y vale la pena desarrollarlas, que somos hermosos como somos en realidad. Que incluso somos más interesantes siendo nosotros mismos que el triste remedo de alguien más. ¿Qué tal si sueltas ese miedo y te dejas ser? ¿Y si en lugar de buscar como encajar decides abrazar tu unicidad? ¿Y si al menos hoy te dejas ver en realidad?

¿Y si al menos hoy te dejas ver en realidad?