¿Qué Límites Pongo?

 

¿Qué Límites Pongo?

Escrito por M. A. Angela Méndez

¿Cómo hacerlo? ¿Qué límites debería establecer?

En la entrada anterior hablamos de la importancia de amarnos verdaderamente para poder reconocer cuando estemos en una relación en la que se nos ofrece esto mismo y dentro de este planteamiento también hablamos de saber poner límites, pero ¿cómo hacerlo?, ¿qué límites debería establecer? En esta segunda entrada abordaremos este tema.

Al hablar de límites hacemos referencia a aquel alto que ponemos a lo que no estamos dispuestos (as) a tolerar debido a que nos daña de una u otro manera. El principio parece simple, pero la línea se vuelve confusa en muchos casos debido a inseguridades propias, a las voces de otras personas, a lo que se nos ha inculcado a lo largo de la vida o lo que hemos visto en nuestra familia de origen. En este tema no hay un listado que se pueda dar y que pueda servir como un instructivo para que las personas sepan qué límites poner, a excepción claro está de los que son muy obvios, como las situaciones de maltrato, pero aparte de esto, los límites dependerán de cada persona, así que tampoco se puede recurrir a buscar consejo en alguien más porque solamente yo puedo saber qué estoy dispuesto o dispuesta a aceptar y que no.

Aquel alto que ponemos a lo que no estamos dispuestos (as) a tolerar.

¿Cómo saber entonces hasta donde permitir que mi pareja u otra persona llegue? Dentro de todos los seres humanos existe una parte que siempre busca nuestro bienestar, es un instinto, una voz que me invita a cuidarme. A este instinto Rogers le llamó Valor Organísmico y existe en todos los seres vivos, en las plantas diciéndoles hacia donde voltear sus hojas para recibir luz, en los animales para indicarles qué cosas deben comer y cuáles no y claro está también en los seres humanos. Esta parte de nuestro ser es la responsable de activar una señal de alarma cuando alguien nos ve con malas intenciones o cuando hay algo sospechoso en la forma de actuar de una persona, la que nos dice que no caminemos por esa calle solitaria u oscura.

La que nos dice que no caminemos por esa calle solitaria u oscura.

El problema radica en que al darle cada vez más peso a nuestro lado racional, hemos dejado de escuchar esta parte de nosotros. Justificamos las cosas, nos convencemos de lo contrario de lo que estamos sintiendo, diciéndonos que no tiene lógica y por lo tanto no es cierto, pero ahora les pregunto, cuántas veces no han sentido que cuando conocen a una persona no les agrada, pero se han convencido de que si X persona se las presentó es porque ha de ser una buena persona y que además no tiene por qué caerles mal si no les ha hecho nada, para que después de un tiempo terminen dándose cuenta que hubiera sido mejor escuchar lo que sintieron desde el principio. Pues he allí la clave, con esta parte de nosotros es con la cual podemos poner límites, solamente debemos conectarnos con nosotros mismos y sentir qué es lo que no queremos aceptar, qué es lo que nos puede llegar a lastimar y así poner nuestros límites, no importa si no podemos explicarlos claramente a otros, si no los comprenden, lo único que importa es que nosotros nos sintamos bien, nos cuidemos y escuchemos. 

Lo único que importa es que nosotros nos sintamos bien, nos cuidemos y escuchemos. 



Comentarios

Lo más visitado

¿Acomodado Yo?